Contacto con la piel de la madre inmediatamente después del parto beneficia la lactancia
Dar pecho a un bebé durante su primera hora de vida le da la mejor oportunidad para sobrevivir. “El contacto inmediato piel con piel ayuda a regular la temperatura corporal de los recién nacidos y los expone a bacterias beneficiosas que se encuentran en la piel de las madres. Estas bacterias buenas protegen a los bebés de enfermedades infecciosas y les ayudan a fortalecer sus sistemas inmunológicos”, cita la Unicef en su página oficial.
Para ello, recomiendan que el contacto inmediato de la piel de la madre con la de su hijo comience inmediatamente después del nacimiento y debe concluir una vez que se logre amamantar. “Se ha demostrado que esta práctica aumenta las probabilidades de que los bebés sigan alimentándose del pecho, porque amplía la duración de la lactancia materna y también mejora las tasas de de lactación exclusiva”.
Tanto los representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como los de Unicef recomiendan dar lactancia exclusiva (sin introducir otro tipo de alimento) durante los seis primeros meses de vida del niño. “Empezando en la hora posterior al nacimiento, esto favorece el desarrollo sensorial y cognitivo. También protege a los bebés contra enfermedades infecciosas y crónicas”.
Lo que perjudica
Para lograr amamantar sin complicaciones es necesario no dar alimentos complementarios o líquidos, incluyendo agua, a los recién nacidos. Muchos factores afectan en este proceso y uno de ellos es que la bebé se le vuelve más fácil succionar la mamila del tetero que el pecho de su madre.
“En muchas partes del mundo es habitual dar a los recién nacidos líquidos o alimentos distintos a la leche materna en los primeros días de vida, a menudo por cuestiones relacionadas con normas culturales, prácticas familiares o políticas y procedimientos hospitalarios que no se basan en pruebas científicas”. Ante esta realidad aconsejan no seguir estas costumbres e iniciar el proceso de amantar una vez que el bebé nazca.
El calostro (la primera leche de la madre rica en anticuerpos) que se genera sólo durante la “bajada de la leche” después del parto es vital para los niños. En algunos países suelen deshacerse de esta o alimentar al recién nacido con leche en fórmula o agua. “Estas prácticas pueden retrasar el primer y esencial contacto del bebé con su madre”.
Es prudente recordar que la “bajada de la leche” se da entre 24 y 72 horas luego del parto. Sin embargo, la mujer siempre produce la sustancia, entre ellas el calostro.
Al principio puede ser que la leche sea poca, sólo gotas, pero eso satisface al recién nacido siempre que los padres no se desesperen ante el llanto, que también puede provenir de frío, incomodidad por la ropa o simplemente de la necesidad de tener contacto con el olor de la madre.
Mientras más intenten que el bebé “agarre” el pecho, de manera correcta en cuanto a postura y en un ambiente de tranquilidad, la estimulación de la mama se activará y la leche bajará con abundancia.
Las posturas correctas de agarre de la mama son importantes en cuanto a estimulación y sirven para evitar que el pezón se escarapele o duela. Igualmente, ayudan a que se normalice la práctica de la lactancia materna.
Fuente: Unicef.org