Cómo recuperarse del síndrome del retorno vacacional
Faltan pocos días para que reinicien las actividades escolares que estuvieron suspendidas por el disfrute del asueto colectivo, así que retomar la rutina no será tarea fácil y por eso es recomendable por lo menos iniciar una semana antes con la rutina. Esto implica comidas a las horas, acostarse temprano y tratar de hacer actividades durante el día.
Durante las vacaciones se trastocaron muchos hábitos, entre ellos la disciplina para dormir, levantarse y comer.
Además de ello habrá que adaptarse a nuevos hábitos alimenticios e ingeniárselas para que la familia pueda estar bien alimentada. En otrora, se podía resolver una emergencia con una comida rápida, pero es una medida muy costosa y nada saludable si se quiere retomar la rutina.
Así que a los padres no les queda otro remedio que reorganizar su tiempo, para poder adquirir los productos alimenticios y mantener un buen nivel nutricional durante todo el año, ¡los días de desorden ya acabaron!
Tanto adultos como niños y adolescentes deben retomar su ritmo normal, el cual puede llevar hasta 10 días.
Trastornos de adaptación
Los padres deben estar atentos, pues si el proceso de adaptación se extiende por más de tres semanas, la persona podría estar atravesando por un proceso depresivo, que aunque no lo crean puede ser producido por las “desordenadas” vacaciones.
Luego de estos agitados días, en los cuales los niños no cumplen los horarios, también se pueden presentar trastornos de adaptación una vez que comiencen las actividades escolares y extracurriculares.
Se considera que entre el 5% y 8% de la población escolar puede verse afectada y presentar, entre otros, trastornos del sueño, ansiedad, falta de concentración, mal humor e inclusive apatía por las actividades que debe realizar diariamente.
Ante esto, los padres deben estar alerta y analizar el comportamiento de los niños y adolescentes. Es normal que presenten algunas molestias, un poco de cansancio mientras se adaptan de nuevo a la rutina, incluso un toque de mal humor. Lo que no es normal es que esta actitud se extienda hasta tal punto de que sólo quiera dormir, jugar o estar pegado (incluso en las horas en que debe dormir) de teléfonos, tablas, televisión o videojuegos.
En cuanto a la salud se recomienda que al regresar a las actividades se realice un chequeo médico, pues el rendimiento laboral y escolar puede verse afectado por alguna patología que pueden ocasionar debilidad y desgano. Adicionalmente recordemos que venimos de un tiempo de mal comer y sin tener un descanso adecuado.
Prepárese también para diseñar los menús que los niños llevarán a la escuela, pues con creatividad se pueden mandar comidas nutritivas, esto ayudará a rescatar la alimentación balanceada que tanto necesitan para su crecimiento, y olvídese de chucherías por un tiempo. Sustituya las meriendas por tortas, cereales, galletas con leche, frutas, ensaladas y un sinfín de postres más saludables.
¡Cuidado con el regreso por carretera!
El presidente del Centro de Investigación en Educación para la Seguridad Vial (Ciesvial), Darwin Figuera, advierte que ahora es cuando se inicia el regreso vacacional y con él se incrementan los accidentes de tránsito. Es por ello, que recomienda tomar medidas de seguridad antes de viajar.
“La depresión postvacacional repercute también en el ánimo del conductor durante el viaje de retorno. La persona puede experimentar una disminución de la atención, de la capacidad de decisión, alteración del sueño, aumento de la fatiga, alteración de la percepción, ansiedad e irritabilidad”.
Extremar las medidas de prevención nunca está demás, pues el ánimo bajo no es fácil de percibir y muchas veces hasta la misma persona puede confundirla con cansancio.
“Una de las recomendaciones es viajar a primeras horas del día o durante la puesta del sol, pues los rayos solares aumentan los niveles de agotamiento. Y si se le dañó el aire acondicionado, la temperatura puede oscilar entre 5 y 10 grados más de lo que está acostumbrado. La inseguridad reinante en las carreteras es otro motivo más para viajar de día”, aduce el especialista.
Figuera refiere que durante estos días se debe ser más preventivo, “porque el deseo de llegar más rápido puede llevar a algunos conductores a irritarse y desesperarse. El estrés y el desánimo ( propios del síndrome post-vacacional) disminuyen la concentración en el tráfico, por lo cual, aumenta la probabilidad de distracción y colisión”.