El yoga conecta a los niños con sus emociones
Conexión con su interior y reconocer cada una de las emociones son sólo algunos de los beneficios que otorga la práctica de yoga a los niños. La movilidad y elasticidad, calma emocional, seguridad en sí mismo, así como la concentración son otras de las ganancias para quienes practican esta disciplina.
Dalberto Méndez, psicólogo e instructor de yoga, asegura que los chicos manejan muy bien los asanas (posturas) y los ayuda al contacto interno. “Los niños que practican yoga aprenden a conocer sus emociones”.
Aduce que en este mundo todo está enfocado hacia lo externo y que esta disciplina ayuda a movilizar las energías y a controlar los estados emocionales, “eso en los niños es muy sano”.
Lo que suma a la infancia
El psicólogo asegura que a través de estudios se ha demostrado que al practicar yoga los niños son más centrados, enfocados y con mejor capacidad de aprendizaje, eso gracias a la meditación.
Los chicos aprenden a tomar conciencia de su respiración y eso es vital para eliminar el estrés. Quienes practican esta disciplina, y más si comienzan desde temprana edad, suelen ser adultos más calmados, pacíficos y equilibrados.
Méndez recomienda que en el proceso se involucre toda la familia, “en algunos casos sólo va la madre, pero también es bueno que el padre se incorpore, eso ayuda mucho a establecer vínculos”.
En yogateca.com también comparten el consejo del especialista. “Los padres pueden compartir la práctica de yoga con sus hijos. Eso les ofrece la oportunidad de jugar, interactuar y divertirse con ellos”.
A quiénes beneficia
Todos los niños luego de los 3 años de edad pueden practicar yoga. Sin embargo, a los que tienen hiperactividad o problemas de concentración los ayuda mucho, en especial porque van explorando su mundo interior.
“He trabajado con niños y la experiencia ha sido satisfactoria. Hay que respetar el ritmo de cada uno, en el caso de los que son hiperactivos, por lo general, no duran más de 5 minutos en la clase y eso hay que comprenderlo. Sin embargo, he notado en muchos un cambio maravilloso y que logran la conexión interna”, destaca Méndez.
Por lo general, una clase de yoga para niños debe durar de 15 a 25 minutos, además de involucrar actividades lúdicas que en su mayoría están vinculadas al arte.
“Mediante cuentos, se les puede ayudar a entender de forma fácil conceptos como el karma o los chakras”, indican en la página yogateca.com.
Otro punto en el que se debe hacer énfasis es en las deficiencias y fortalezas del grupo en el cual inician la disciplina.
“Se deben tomar en cuenta las destrezas y capacidades motoras, cada niño marca sus tiempos y, como dije, eso hay que respetarlo”, indica Méndez.