La negatividad y el positivismo son contagiosos
Las emociones son contagiosas al igual que las actitudes de las personas, esto suele suceder con más fuerza negativa o positivamente cuando estos “estados de ánimo” son prolongados, así lo define la sociólogo y psicólogo Dayerlin Sosa López.
“Gran parte de la responsabilidad depende de las neuronas espejo o cubelli, fundamentales para la empatía y para poder ponernos en el lugar de los demás. Esta habilidad es positiva, pero también tiene un impacto negativo, porque podemos propagar fácilmente la negatividad de quienes nos rodean”, explicó.
Por lo tanto, las opiniones de los demás influyen en el comportamiento de quienes lo rodean, pero lo negativo se capta con más fuerza. “Un estudio realizado por la Universidad de Indiana así lo reveló. Estos psicólogos encontraron que las opiniones negativas tienen un mayor impacto y generan un cambio de actitud en comparación con las opiniones positivas”.
La especialista advierte que la tristeza también se propaga como un virus, “psicólogos de la Universidad de Harvard analizaron el vínculo entre los estados emocionales y los modelos relacionales. Descubrieron que existe un patrón de propagación, tal cual como el de los virus, y que las fuentes de contagio son mayores en el caso de la tristeza que de felicidad. En otras palabras, cada amigo feliz aumenta nuestras posibilidades de ser felices en un 11%, pero solo necesitamos un amigo triste para duplicar nuestras posibilidades de ser infelices”.
Por lo tanto Sosa López advierte que las emociones negativas son como la gripe, “cuantos más amigos tengas que la padezcan, mayores serán las probabilidades de infectarse, lo mismo se aplica para la tristeza y la desesperación”.
En esta lista también entra la hostilidad y el mal humor.
El consejo
Para evitar la tristeza, la negatividad y todos esos sentimientos que bajan el ánimo es mejor conectarse con lo positivo y rodearse de personas con buen humor. “Es crucial estar rodeado de personas que puedan sacar lo mejor de nosotros. Por supuesto, también tenemos que asegurarnos de convertirnos en personas con quienes los demás puedan percibir una energía positiva”.
Aduce que cuando una persona se hace conscientes de que lo negativo y lo positivo afecta su estado emocional se puede buscar un equilibrio. “Es cierto que las emociones relacionadas con la felicidad y el buen ánimo son mucho menos contagiosas, pero sigue siendo el mejor regalo que podemos hacerle a alguien cuando está pasando por un mal momento”.
Con información de lavidalucida.com