Estas son las pautas que debes seguir para manejar la fiebre en casa
Loly Pérez Abad
Pedriata-poricultora
La fiebre constituye un signo que produce alarma y angustia en los padres, quienes exigen un tratamiento rápido y efectivo para combatirla.
Se define como la elevación de la temperatura por encima de 38,5 ºC, debido a cambios en el sistema autorregulador de la temperatura.
Las investigaciones han demostrado que la fiebre produce tanto efectos beneficiosos como nocivos en el individuo que las padece.
Existen mitos y creencias que se han transmitido de generación en generación tales como:
- La fiebre es una enfermedad
- La fiebre es mala y debemos combatirla
- La fiebre es peligrosa independientemente de su cuantía y de la enfermedad que la produce
- La fiebre puede subir indefinidamente y carbonizar al niño
- Todo niño con fiebre puede convulsionar
- La fiebre causa meningitis y retardo mental
El mantener estos mitos en las comunidades ha llevado a malinterpretar con frecuencia el signo que, tan comúnmente, afecta a los pacientes en edad pediátrica.
Entre los efectos beneficiosos están:
- Reduce la capacidad de producción de toxinas por agentes infecciosos
- Disminuye el crecimiento bacteriano
- Disminuye el hierro sérico, necesario para el crecimiento bacteriano
En cuanto a los efectos adversos producidos por la fiebre, es importante resaltar que los mismos son transitorios y se presentan sólo en caso de temperaturas muy elevadas, con ascenso brusco, sostenido y susceptibilidad individual.
Tales efectos pueden ser: malestar, delirio, deshidratación, dolor de cabeza, dolores musculares, disminución del apetito y convulsiones en casos de pacientes con predisposición genética.
Por lo anteriormente expuesto se planeta la interrogante: ¿Se debe tratar la fiebre? Si la respuesta es positiva ¿cuándo tratarla? Responderemos lo siguiente:
- Las temperaturas bajas, por debajo de 38,5ºC, no se deben tratar a menos que el niño presente alguna condición que empeore con el aumento de la temperatura, como enfermedad cardiaca, enfermedad respiratoria o anemia severa
- Igualmente, se deben tratar las temperaturas mayores de 40º C, porque pueden producir cambios metabólicos severos
Una vez decidido qué se debe tratar: ¿Cómo tratarla? y ¿Cuáles son los métodos de Antipiresis? Existen métodos farmacológicos y métodos físicos:
Métodos farmacológicos: los medicamentos para bajar la fiebre deben ser utilizados con discreción. Para seleccionar el ideal debemos buscar propiedades como: eficacia, poca toxicidad, ausencia de efectos secundarios, versatilidad de presentaciones (gotas, jarabe o supositorios), falta de interacción con otros medicamentos y bajo costo.
Métodos físicos: los baños no se aconsejan, porque no son efectivos. Duran poco, aumentan el consumo de oxígeno, favorecen el escalofrío y la falta de confort. En caso de indicarlos deben ser:
- Fricciones suaves, con agua tibia, de 30 a 40 minutos después de haber administrado el antipirético, sólo en caso de que la temperatura no haya bajado con el medicamento
- Disminuir la cantidad de ropa, aumentar la ingesta de agua y reposo
No se deben realizar las dos medidas antes mencionadas de manera simultánea (medicamento y baño). Debe haber un lapso mínimo de 30 a 40 minutos entre ambas.
Si utilizan los medicamentos y no desciende la temperatura en un lapso de 30 a 40 minutos, después de la administración, se usan los métodos físicos.
Lo más importante es recordar que la fiebre es expresión de muchas enfermedades y que a menudo constituye el único signo.
Para los pediatras la fiebre es un llamado a atención y a los padres se les recomienda que deben hacer una toma adecuada de la temperatura, ya que en muchos casos esto constituye un pilar fundamental para la orientación diagnóstica.