El cerebro siempre trabaja y puede actuar en nuestro beneficio
Aunque se piense lo contrario el cerebro siempre trabaja y puede actuar en nuestro beneficio, así lo asegura a EFE el físico teórico Jyri Kuusela, que trabaja para la Agencia Espacial Europea (ESA) e impulsa en España la implantación del “neurofeedback”.
Aduce que el cerebro trabaja “aunque estemos sentados sin hacer nada”. Incluso durante el sueño, su actividad es similar al período de vigilia, según estudios que vienen publicándose desde 2015 por especialistas franceses, norteamericanos e israelíes, quienes se han centrado en el tema.
Creencias populares como que usamos sólo un porcentaje ínfimo del verdadero potencial cerebral “son falsas, porque este órgano trabaja continuamente, guardando o descartando información, evaluando y haciendo su propio mantenimiento”, afirmó este científico finlandés.
El neurofeedback
El cerebro humano procesa diariamente unos 60 mil pensamientos, de los cuales el 94% se repiten y el 80% son negativos pero “un entrenamiento con técnicas de ‘neurofeedback’ o retroalimentación neuronal permite cambiar su funcionamiento a nivel inconsciente y con esto se puede usar a favor del individuo”, dijo.
Pero, ¿cómo usarlo a nuestro favor?, ¿cómo lograr que el cerebro trabaje para nuestro beneficio?
Kuusela, luego de muchas horas de práctica puso en marcha el proyecto Neurovitalia, la franquicia española de la norteamericana EEGinfo, principal compañía dedicada a desarrollar equipos y protocolos de práctica clínica en EE.UU. desde hace 30 años.
El tratamiento es “sencillo y personalizado y pasa por monitorizar la actividad cerebral a partir de EEG interactuando con la propia persona, de manera que es como si el cerebro se pudiera ver a sí mismo ejecutando su actividad”.
A partir de ahí, se puede estimular al cerebro hasta su autorregulación ajustando sus diferentes frecuencias, desde los ritmos Beta altos y bajos en los que la persona se encuentra en alerta o tensión, hasta los Delta del sueño profundo e incluso más allá, en los Infrabajos.
En la actualidad, los tratamientos con “neurofeedback” benefician “a unas 10 mil personas en toda Europa y, aunque son relativamente nuevos, ya están contemplados en las pólizas aseguradoras de países como Alemania o Suiza e incluso integrados en sistemas de Seguridad Social como en Noruega”, comentó Kuusela.
Como lo lograron
Barry Sterman en la Universidad de California (EE.UU.) fue el primero en experimentarlo en 1963 usando electroencefalografías (EEG) para medir la actividad bioeléctrica cerebral pero “hubo que esperar a los avances informáticos de principios de los 2000 para desarrollar estas técnicas con mayor eficacia”.
A partir de entonces, se ha orientado su uso “bien para enfrentar problemas concretos de salud, bien para elevar la capacidad general del individuo”, explicó Kuusela.
Entre otras dolencias, sirve para tratar autismo, depresión, anorexia o trastorno por déficit de atención (TDA) o hiperactividad (TDH) y de hecho la Academia Americana de Pediatría, “referencia en este campo”, sitúa su eficacia en TDA/TDH “al mismo nivel que la medicación, pero sin efectos secundarios”.
“Para migrañas es especialmente efectivo. Como demuestra el informe presentado en 2013 por la Asociación de Neurólogos Europeos que cifraba en el 63 % las personas tratadas con ‘neurofeedback’ que habían reducido en un 50 % o más ese problema”.
También es interesante compararlo con la meditación pues, “un entrenamiento específico de ritmos Alfa-Theta permite alcanzar en pocos meses idénticos resultados de autorregulación que varios años de meditación”.