Enseñar a los hijos que la vida es cambiante beneficia actuación ante las dificultades
Desde que nuestros hijos son pequeños debemos tener un diálogo constante, directo y constructivo. Algunos padres creen que los niños no son capaces de comprender y no es así, ellos siempre están atentos a lo que decimos y hacemos, ya que somos el ejemplo de vida más cercano que tienen.
Podemos, por medio del modelaje, ir adecuando su mente para que sean seres flexibles ante las dificultades y sobre todo personas con pensamientos positivos. Esto va de la mano de ir inculcando, de una manera ordenada, que la vida está sujeta a permanentes cambios.
Es bueno ejemplificar, ya que todos esos cambios están presentes en la cotidianidad y por ello es necesario que puedan tener desde pequeños la capacidad de adaptación y solución.
Esos ejemplos deben ser sencillos y durante el día podemos hacer ver a nuestros hijos que en la vida lo único seguro son los cambios y que, rápidos o lentos, representarán siempre un desafío o un reto para desarrollar nuestra capacidad de flexibilidad y adaptación.
Recuerden que el modelaje comienza por el ejemplo de nuestras actitudes diarias, como lo he dicho en otros artículos.
La ganancia
Educar a los niños para que se adapten a los cambios es una ganancia de vida, porque van a lograr buscar soluciones a los problemas de manera rápida y oportuna, sin enfocarse en las dificultades si no en las salidas positivas.Sólo así nuestros hijos rompen esquemas de rigidez mental, eso los podrá orientar y preparar para un mundo acelerado y competitivo, donde ellos tendrán la capacidad de manejarse en entornos inciertos.
Tres elementos sencillos para transmitirles:
• Saber analizar con tranquilidad las situaciones que se presentan mirando los aspectos positivos antes de adoptar una actitud negativa o de rechazo.
• Aprender a escuchar a todas las personas y sus puntos de vista sobre una situación y enseñarlos a extraer lo positivo de cada opinión y sacar sus propias conclusiones
• Enseñarles a experimentar las situaciones de cambio y eliminar la frustración si las cosas no salen bien. Lo ideal es sólo enseñarles a aprender de las experiencias, extraer lo positivo y plantearse las oportunidades de mejora para una próxima oportunidad.