La actitud positiva es la base para emprender
Cada día tenemos el reto de mantener el equilibrio interno y manejar las diferentes situaciones que se nos presentan en nuestras vidas. Aunque la cotidianidad parezca compleja y adversa, dependerá de nuestras actitudes y aptitudes el cómo vamos a encarar con éxito lo que se nos presenta y más cuando se trata de emprender.
¿Cuántas veces generamos excusas o culpamos a las otras personas de los problemas que se nos presentan? Nos ubicamos en una posición de víctima y de comodidad, con el propósito de que alguien venga a enfrentar por nosotros estas situaciones; o peor aun simplemente evadimos la circunstancia.
La clave está en salir de la zona de confort, en mirar los problemas como retos cotidianos y oportunidades, esto nos llevará a superarnos e intentar solucionar con la mejor actitud y es aquí cuando nace el emprender.
El simple hecho de intentar una solución, con buena actitud, nos incluye en la autopista del éxito independientemente del resultado, pues tanto logar solucionar como no hacerlo debe pasar a ser parte del cúmulo de experiencias que enriquecen el día a día y la vida de las personas.
La Real Academia Española (RAE) indica que la palabra actitud es un término que proviene del latín actitudo y es el estado de ánimo que se expresa de una cierta manera.
Las actitudes pueden ser positivas y negativas:
- Las actitudes positivas ayudan a las personas a enfrentar la realidad de una manera proactiva, sana y efectiva.
- Las actitudes negativas llevan al individuo a formarse una realidad completamente distorsionada y afectan su relación con todo lo que le rodea.
Las actitudes en el individuo no sólo lo afectan a él, sino al grupo en donde se desenvuelve, para bien o para mal y estas se componen de tres elementos:
- Lo que se piensa (componente cognitivo)
- Lo que se siente (componente emocional)
- Lo que se manifiesta: pensamientos y emociones (componente conductual)
Estos tres componentes se deben mantener en armonía para lograr un efecto positivo y efectivo dentro del resultado esperado, generando con ello realidades acertadas.
La mente del emprendedor
Una persona emprendedora y proactiva expresa siempre una actitud positiva y de servicio, con un espíritu de automotivación que hace no temer a los riesgos, ni fracasos.
Un emprendedor intenta lograr sus metas, tantas veces sea necesario, es una persona esencialmente persistente que asume los esfuerzos que sean necesarios. Quiere crecer y ayudar a crecer a otros.
Ya sea que te encuentres en el ámbito, familiar, de estudios o profesional, la cotidianidad exige personas que manejen una buena actitud y que sean líderes en los grupos donde se desenvuelven.
Recuerda que el líder o el emprendedor tienen la responsabilidad de conducir los grupos que conforman con actitudes positivas, profesionalismo, generosidad y creatividad, cuatro elementos que constituyen pilares fundamentales para lograr el éxito en armonía perfecta a pesar de que vivimos cada vez en entornos más complicados.