Amor, romance y apego tres factores para distinguir el amor de pareja
Lidia Nester
Especialista en Medicina Complementaria y Alternativa
Coach, Maestra y Terapeuta Holístico
El amor romántico es una emoción, algo completamente involuntario. Cerebralmente funciona como una necesidad, una atracción no racional (por no decir irracional) hacia una persona en específico. Es un fuerte deseo de unión con otro ser.
Ciertamente hay muchísimos significados para lo que es el amor, y ello se debe en parte a que realmente existen diferentes tipos de amor.
El proceso comienza con la fuerza de la atracción. Ya se trate de amor romántico, amor obsesivo, amor apasionado o enamoramiento, hombres y mujeres de todas las épocas y culturas han sido afectados por este poder irresistible que impele a dos personas a acercarse de alguna u otra forma.
La intensidad del amor romántico tiende a durar de seis meses a dos años antes de convertirse en apego, en la mayoría de las relaciones.
El romance es donde comienza el amor y parece tener algunos efectos extremos en el comportamiento humano, tales como: Pérdida de apetito, cambios de humor, ansiedad, intensa motivación para la unión emocional, rasgos de posesividad y pensamiento intrusivo.
En términos evolutivos el amor romántico es un complejo mecanismo que permite el apareamiento y la reproducción de la especie, mediante la interacción de tres elementos fundamentales:
1. El impulso sexual o anhelo por gratificación sexual. Es lo que permite buscar parejas potenciales. La lujuria no está necesariamente centrada en un individuo en particular, por ello es posible tener relaciones sexuales con alguien por quien no se siente amor.
El impulso sexual es una necesidad básica que puede activarse con o sin pareja, durante cualquier actividad u hora del día.
2. El amor romántico o atracción. Está centrado en alguien en particular, y es lo que permite concentrar la energía del apareamiento en un solo individuo a la vez. Aquí interviene la compleja red bioquímica del organismo.
3. El apego. Es un sentimiento de unión profunda con un compañero a largo plazo. Es lo que permite la convivencia de la pareja durante el tiempo que el infante necesita para desarrollarse a un nivel mínimo de independencia.
Estos tres sistemas cerebrales y sentimientos, interactúan de diferentes formas creando una mirada de formas de amor donde se establecen diferentes tipos de conexiones:
Amor físico. Basado puramente en la química corporal. Instintivo y poderoso. Es por eso que algunas relaciones parecen comenzar con un enorme golpe.
El problema es que no siempre es suficiente para construir otro tipo de relaciones, como por ejemplo, relaciones estable a largo plazo, debido a que en la química corporal interviene la respuesta hormonal y eventualmente se vuelve inmune a la exposición constante, con lo cual las reacciones químicas finalmente desaparecen.
Si este tipo de relación no se desarrolla alimentándose de otros elementos, está destinada a desvanecerse.
Amor mental. Sucede cuándo las mentes de ambos trabajan de manera armónica. Hay creencias, valores y gustos compartidos y sienten que se llevan bien.
La conexión intelectual existe y ambos tienen formas similares de ver la vida y solucionar los retos que ésta presenta.
Amor espiritual. Es cuando verdaderamente existe una conexión entre la pareja, y las almas se unen. Es absolutamente holístico y trasciende las barreras del ser físico y el ser mental.
Si se cultiva, ambos encontrarán una conexión mente-cuerpo-espíritu que hace su unión sistémica, complementaria y evolutiva.
Cuando se desarrolla este amor, la relación puede realmente transformar las vidas de ambos generando plenitud en todos los aspectos.
El amor puramente físico se desvanece con los años, el amor puramente mental puede llevar la relación hacia la rutina, pero la integración que ofrece el amor espiritual representa una elevación del plano consciente de la pareja.
¡Disfruta el amor, sé el amor!
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