“Los lactantes necesitan nueve veces más hierro que un adulto”
Definir que la alimentación de los niños, así como el de las madres que amamantan, con los mismos parámetros de las necesidades adultas podría derivar en una nutrición deficiente, según advierte la investigadora de la Universidad de California y experta en temas de alimentación en madres y lactantes, Kathryn Dewey.
“Las necesidades nutricionales de los niños durante los primeros dos años de vida son muy distintas a las necesidades de los adultos; por ejemplo, los lactantes necesitan nueve veces más hierro que un adulto”, explicó .
La doctora se une al movimiento mundial en el cual especialistas tratan de educar a la población y hacen alertas a los gobiernos, con el fin de enfocar una correcta alimentación durante los primeros 1.000 días de vida de una persona, que se cuentan desde la concepción hasta los dos años de edad.
“Todo esto es una visión holística de lo que son esos 1.000 días y una nueva manera de enfocar la atención en nutrición y salud”, indica la investigadora venezolana María Nieves García-Casal, quien preside la Sociedad Latinoamericana de Nutrición SLAN.
Recuerda Dewey que la correcta alimentación durante la gestación y los dos primeros años de vida es vital para el crecimiento físico y del cerebro. Además, es una etapa en la cual se pueden prevenir a través de la alimentación enfermedades crónicas. “Por ello, es necesario establecer estrategias para fortificar la alimentación de los niños pequeños y de sus madres”.
Según las investigaciones que Dewey ha llevado a cabo en África y América Latina, los problemas de salud encontrados y el inadecuado desarrollo de los niños está asociado a la malnutrición de los primeros 1.000 días de vida; aunque también influyen el desconocimiento de algunas madres y la situación económica de la familia.
La lactancia materna
La lactancia materna es primordial durante todo este proceso nutricional de los primeros 1.000 días de vida, pues la Organización Mundial de la Salud recomienda que se amamante hasta los dos años o más.
La lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida y su continuación, combinada con alimentos, forma parte de esta nueva filosofía de cuidar la nutrición, con especial atención, durante los 230 días que trascurre el embarazo y los 730 primeros días de vida.
“Hay que fortalecer la alimentación con suplementos alimenticios basados en lípidos”, advierte Dewey.
También se recomienda una dieta balanceada tanto para la madre que amamanta o está embarazada como para el niño, basada en alimentos ricos en hierro, grasas esenciales, calcio y folatos, así como vitamina A y C.
Fuente: XVII Congreso Latinoamericano de Nutrición (SLAN 2015)