Crianza humanizada es educar al niño con amor, límites y respeto
La ley comienza en casa, son los padres quienes tienen la labor de formar a personas responsables, emocionalmente equilibradas y sensibles a través del amor, límites claros y el respeto. Es allí cuando la crianza humanizada juega un papel importante, esa que determina el tipo de individuo que será el niño de adulto.
La crianza humanizada es el arte de cuidar y formar a niños o adolescentes con disciplina, pero enmarcados en valores de respeto, honestidad, amor y superación para que sean gestores de su propio desarrollo.
El principal fundamento de este tipo de crianza es que es bidireccional. Está basada en la búsqueda permanente de conocimientos con disciplina y amor, además, toma en cuenta a los niños y adolescentes tanto en el presente como futuro.
Recordemos que la sociedad que tendremos en el futuro estará marcada por la manera como criamos a nuestros hijos, quienes desean hacerla más humana y vivible se centran en otro tipo de formación y rompen patrones. Los padres son guías y el ejemplo que los niños seguirán.
Acompañamiento humanizado
De acuerdo con los especialistas, el rol de los padres en este proceso de crianza humanizada es el de acompañamiento inteligente con amor hacia los hijos. Se trata de guiarlos en el proceso de crecimiento y desarrollo para la construcción de sus metas, autoestima, autonomía y salud.
Por su parte, el educador es el elemento facilitador de la expresión y la creatividad del niño.
Un maestro educa con amor. Despierta el interés del alumno sobre un asunto o área de conocimiento, lo hace consciente de sus talentos y posibilidades; además de ayudarlo a desarrollar la confianza sobre su propia capacidad y competencia.
Es importante que tanto el padre como el educador tengan en cuenta que una crianza humanizada, enmarcada en valores de respeto, amor y disciplina, formará adultos con excelente salud física y mental.
Una prevención al maltrato infantil
La crianza humanizada puede considerarse una estrategia para prevenir el maltrato infantil, porque no establece la culpa como elemento controlador del niño. El error no es malo en sí mismo, es parte del aprendizaje.
Los expertos recomiendan que un niño sea disciplinado con amor, respeto, dignidad, libertad, autonomía, responsabilidad y paz. Un niño maltratado será un adulto infeliz, violento, inseguro e incapaz de lograr las metas que se traza en la vida.
La crianza humanizada fomenta las relaciones de buen trato en la sociedad; además del respeto a los derechos de niños y adolescentes.
La práctica de este método de crianza rescata valores de la sociedad tales como: Amor, Respeto, Dignidad, Libertad, Autonomía, Responsabilidad y Paz.