El síndrome del nido vacío: cuando los hijos se van
Lidia Nester
Especialista en Medicina Complementaria y Alternativa
Coach, Maestra y Terapeuta Holístico
Nadie te prepara para ello, sin embargo, es de esperar que en algún momento los hijos abandonen el hogar paterno para hacer el suyo propio o simplemente iniciar una vida adulta.
El proceso, que generalmente es planificado y toma algunos meses o hasta años, puede causar en los padres sentimientos de tristeza, pérdida y soledad, crisis de identidad y un cóctel de emociones como ansiedad, desvalorización y culpa.
Es común sentir angustia y percibir un vacío existencial o una pérdida de significado existencial. Para algunas personas todo esto puede ser muy difícil de sobrellevar y si no sabe cómo, terminan aislándose prisioneros de la tristeza.
En países con alta afluencia migratoria, donde por diversas circunstancias muchas familias se ven forzadas a separarse de forma expedita sin ninguna preparación ni la fortaleza económica para ello, la situación es todavía peor.
Al hecho de ver partir a los hijos (a veces todos de una vez) se suma la preocupación por su supervivencia inmediata, su seguridad personal y la falta de bienes patrimoniales que faciliten la agilidad de los procesos migratorios.
Cada persona es diferente y sus circunstancias también lo son, sin embargo, podemos compartir con ustedes algunas ideas que en cierta manera pueden ayudarle a sobrellevar esta situación.
• Sea proactivo, evite sentirse como una víctima. Usted es quien toma sus decisiones. Permita que su hijo las tome también. Haga del proceso de toma de decisiones una aventura compartida, perméelas con buenas intenciones y energía de vencedores. Es lo que se llama un buen inicio.
• Sea consciente que enseña con su ejemplo. Sea congruente y maneje su fortaleza de adentro hacia afuera. Más que mil palabras, su actitud es que sus hijos se llevarán de usted.
Su ejemplo será la mejor fotografía que quedará en sus mentes, y cada vez que sientan que su ánimo flaquee, podrán acudir a su recuerdo y nutrirse de él.
• Una vez tomadas las decisiones más importantes (a dónde ir, qué llevar, a quién acudir, entre otras) dedíquese un tiempo a reconectarse con usted mismo y aceptar plenamente la decisión tomada.
Aceptar es recibir voluntariamente algo, esto es: ábrase a recibir las experiencias que la vida está por darle a sus hijos y a usted.
• Revise en su interior cualquier sentimiento de culpa, tenga en cuenta que la culpa es completamente inútil, no resuelve nada y la paraliza, a usted y a los demás. Concientice porqué se siente así y decídase a sanar.
• Asuma que debe abrazar una nueva identidad como padre. Debe adaptarse a su nuevo rol en la vida de su hijo. Su relación podrá parecerse más a la de un compañero, y aunque es posible que tenga que darle más privacidad a él, también tendrás más privacidad ti.
• Socialice, busque apoyo en amigos y familia. Ábrase a grupos de intereses compartidos. Desarrolle amistades, pasatiempos, carreras y oportunidades educativas.
Comprenda que ahora más que nunca debe cuidarse. El tiempo y la energía que usted dirigió hacia su hijo, redirecciónelas a diferentes áreas de su vida.
Explore nuevos caminos o actividades de ocio y profesionales. Después de todo, sentirse bien es la mejor ayuda que podrá brindar a los suyos.
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