Cómo saber si se sufre de “cancerofobia”
El temor a enfermarse de cáncer para algunas personas es una carrera contra el tiempo. Su vida ronda en lo que pueden o no deben hacer para evitar sufrir esta patología, que cuando no se detecta a tiempo es agresiva y mortal.
Por lo general, este tipo de personas se exceden y exageran con las normas de prevención. Cualquier dolorcito lo asocia con cáncer, inclusive uno de cabeza o mareo.
Rechazan toda clase de alimentos procesados y los refrescos light ni los ven. Evitan utilizar cosméticos, fragancias y jabones e inclusive los productos de limpieza. Ni contar del microondas, al cual ni se acercan. La verdad es que si usted vive como le cuento, entonces puede estar sufriendo de cancerofobia.
De qué se trata la fobia
La fobia o miedo al cáncer es más frecuente de lo que la gente piensa. Se trata de una patología psiquiátrica conocida como carcinofobia o cancerofobia, la cual se caracteriza por un temor irracional, enfermizo y obsesivo a padecer la enfermedad.
El médico oncólogo Miguel Salomón que se ha desatado una especie de cáncer fobia que angustia a la población. Por ello, cuando en realidad se acentúa el miedo en una persona se requiere de tratamiento psiquiátrico, al igual que un trastorno de pánico.
Aunque la cancerofobia la pueden padecer personas que no tienen la enfermedad, los sobrevivientes a un cáncer también pueden sufrir de miedo y angustia de recaer.
¿Cómo reconocer si la padece?
*Extreman medidas de prevención. Son indudables los efectos dañinos del cigarrillo, hábito que no sólo se asocia a cáncer de pulmón o enfermedad coronaria, pero los obsesivos no permiten que ningún fumador se les acerque, incluso cuando no tienen ningún cigarrillo en la mano.
*Exagera cualquier síntoma, por ejemplo puede llegar a pensar que su dolor de cabeza se debe a un tumor cerebral. Cualquier cansancio, fatiga, dificultad para respirar o síntoma lo asocia con la enfermedad.
*Creen que se pueden contagiar. El cáncer no es una enfermedad transmisible y tampoco se puede inocular.
Quien padece de cancerofobia piensa que también puede resultar afectado y que al estar en contacto con una persona con la enfermedad se le puede contagiar.
En otros casos con sólo tener un familiar o un amigo con cáncer, ya piensan que también pueden padecerlo.
Es bueno recordar que el cáncer es multifactorial e intervienen, entre otros aspectos, la exposición solar, alimentación, uso del cigarrillo o la edad. Por ello, existen protocolos que el médico toma en cuenta a la hora de medir los riesgos de sufrir la enfermedad.
*Piensan que se hereda. Si bien, el papel de la herencia es importante, hoy día existen pruebas moleculares que pueden anticipar el riesgo de sufrir la enfermedad.
Según Fabiola Fabiano, inmunóloga clínica, existen pruebas de laboratorio que permiten anticiparse y predecir si una persona es genéticamente susceptible a padecer cáncer, como por ejemplo el mama.
*Tienen un excesivo miedo a la muerte.
*Huir del diagnóstico es otro síntoma. Quienes sufren de cancerofobia también se rehúsan a practicarse pruebas de despistaje por miedo al diagnóstico de la patología.
Aunque algunos cánceres no son detectables en sus inicios, el de mama, cuello uterino o próstata, requieren de pesquisas anuales.
Los exámenes de detección pueden reducir la mortalidad por cáncer si se detecta en estadios tempranos.