Cocinar puede resultar divertido para los niños y un punto de encuentro familiar
Eimy De Barros-Adelaide- Australia
Creadora de Sabrosito
Para conectarse con los hijos sólo hace falta creatividad y dejarse llevar por los momentos mágicos que nos regala la vida. No hay que hacer nada extravagante para pasarla bien, las mismas actividades cotidianas sirven para divertirse, incluso esas que nos parecen pesadas como cocinar.
Es por ello, que a la hora de cocinar o de vez en cuando podemos incorporar a los niños a la cocina, sin que ello signifique grandes riesgos ni más trabajo para los padres.
Los niños son muy creativos y no debemos subestimarlos a la hora de un consejo que nos quieran dar para la decoración, el color o el sabor de un pastel o postre.
Cuando somos niños nacemos con un pequeño chef por dentro que nos lleva a cocinar con mamá y a experimentar nuevas texturas, sabores, colores y olores.
Bien es cierto que nuestro sentido del gusto es muy refinado, por lo que los niños desde edades muy tempranas se llevan todo a la boca para explorar y aprender por experiencia propia. Cocinar con ellos y experimentar platos o dulces se convierte en una experiencia única, que cuando sean adultos recordarán con amor.
A los pequeños les encanta la cocina, indistintamente del sexo, niños y niñas la aman y juegan en ella constantemente. Además, es una fuente de creatividad y una técnica antiestrés, eso sin contar con la emoción de poder probar un sitio que para muchos es “prohibido”.
Cocinar en familia es una manera de conectarnos con nuestros hijos, de crear otro espacio para el esparcimiento dentro de la casa y de acercarlos más a comer mejor.
Como a los niños les encanta el dulce, mis consejos para disfrutar en la elaboración de un postre con tus hijos es la siguiente:
1.- Antes de invitarlos a cocinar cerciórate de tomar las medidas de seguridad necesarias (guardar objetos punzantes, cortantes, fuego y agua caliente, entre otros).
2.- Predispensa en platos pequeños cada ingrediente con la medida exacta, listo para usar.
3.- Ármate de paciencia, no le prestes atención a las regueras, pues es hora de jugar. La idea es que te diviertas tú también para que puedas transmitirle el disfrute.
4.- Dales la oportunidad de batir, incorporar, probar los ingredientes y de opinar durante la preparación. Deben sentir que ese proceso es de ellos.
5.- Aparta un pequeño bowl para que ellos hagan sus propias mezclas que irán al horno también.
6.- Todos a recoger, limpiar y esperar ansiosamente nuestras obras de arte para disfrutar en familia. Es muy importante tomar muchas fotos a los pequeños chefs con sus obras, los recuerdos son un tesoro.
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Fotos: EDB Sabrosito