Apariencia personal en los colegios está en peligro
Hasta hace poco, la mayoría de los planteles escolares en Venezuela eran estrictos en cuanto a la apariencia personal de los alumnos y al uso del uniforme. Estaba prohibido, por ejemplo, llevar la chemisse o franela por fuera, gorras, zarcillos largos, tintes, maquillaje, uñas de colores oscuros, tatuajes o pircing, pantalones ceñidos o descosidos en el caso de las niñas y el cabello largo, peinados extravantes o patillas en el caso de los varones.
Sin embargo, últimamente, se ha visto cierta permisibilidad y ya los muchachos andan con melenas largas casi hasta al hombro y las muchachas igual con accesorios extravagantes.
Según, refería un director de un plantel educativo ubicado en el sureste de la ciudad (que se caracterizó hasta hace un par de años por hacer cumplir el reglamento de convivencia escolar) ha tenido que ceder y dejar de exigir el cumplimiento de las normas, eso ante las numerosas citaciones que le han hecho por la supuesta violación de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente (Lopna), “todo por haber reclamado a uno de los alumnos que no llevara el pelo largo”.
Recientemente, aunque usted no lo crea, un funcionario policial transitaba por Sabana Grande, en Caracas, con mechas pintadas en el cabello y de seguir así, pronto veremos un uniformado con tatuajes, pircing, zarcillos o peinados extravagantes.
Todos sabemos que los hábitos de aseo e higiene y la apariencia personal, se inician desde el hogar. Es cierto, que en la adolescencia ocurren complejos cambios físicos y psiquicos y que los modos particulares de vestir, forman parte de su búsqueda de identidad. Pero, con paciencia se pueden ir construyendo normas básicas y adquisición de hábitos, en lo que se refiere no sólo al cuido de su aseo y a apariencia personal, sino también al cumplimiento de otros hábitos, como son el horario y la puntualidad.