Las adolescentes y su obsesión por la cirugía plástica
Mariana está obsesionada por implantarse unos senos grandes y redondos y piensa incluso, en la posibilidad de renunciar al viaje de graduación a una isla del Caribe y utilizar el dinero para realizarse la intervención. Otra de sus amigas, quiere hacerse una liposucción al terminar el liceo y su vecina la nariz “de la que siempre se han burlado”.
¿Cómo podemos los padres manejar estos casos que se han popularizado no sólo en nuestro país sino a nivel mundial? Actualmente, se está hablando mucho de quinceañeras, que están pidiendo de regalo unas prótesis mamarias e inclusive una liposucción.
Sin embargo, esto no es posible porque a esa edad no se ha alcanzado ni la madurez ósea ni muscular. Es un período de muchos cambios en lo corporal, emocional, social y mental.
Aunque cada caso es muy particular y personal, la mayoría de los especialistas recurren inicialmente a un estudio emocional y mental, por la sencilla razón de que a esa edad existen muchas expectativas propias de la adolescencia. Es necesario, antes de tomar cualquier decisión, la consulta del psicólogo o del psiquiatra.
La cirugía plástica y reconstructiva tiene sus indicaciones y solamente es posible a temprana edad cuando se trata de defectos congénitos, como orejas en asa o malformaciones faciales. En el caso contrario, hay que esperar que la joven o el joven hayan alcanzado la madurez ósea y muscular.
Antes que tomar cualquier decisión para cambiar la imagen corporal, es necesario manejar la autoestima. Muchos pacientes (inclusive adultos) creen que con una prótesis van a solucionar su problema social, de pareja o laboral.
También puede suceder todo lo contrario, una cirugía estética, puede ayudar a la persona a sentirse mejor consigo misma o con su entorno.