“La mamá es el primer libro de un ser humano”
La especialista en edad temprana y profesora universitaria, Evelyn Torres, asegura que desde el vientre se cultiva el amor por la palabra y se aprende a través de sensaciones. “La mamá es el primer libro de un ser humano”.
Esas sensaciones no son otra cosa que la lectura perceptiva, e inicia desde el embarazo. El bebé se convierte en un lector tónico, “porque lee el tono emocional de su mamá. Luego lo hace con los arrullos desde la palabra amorosa. Depende de cómo se haga ese niño querrá o no escucharlo, en el presente y en un futuro”, destaca.
Indica que desde el vientre de su madre y durante los primeros años de vida, el niño va haciendo lecturas a través de lo que ve y escucha. “Es un proceso lento y depende del cómo se le hable y exprese va a querer conectarse. Durante esos primeros contactos van haciendo lecturas corporales”.
El primer contacto
Muchos padres no lo saben, pero desde el vientre, a través de las palabras y los estados de ánimo se le transmite al niño el amor por la lectura.
No es sólo aprender a leer, ese proceso va mucho más allá. Tiene que ver con disfrutar las historias, crear sensibilidad, abrirles el mundo y la imaginación durante sus primeros años de vida.
Para cultivar el amor por la lectura, Torres recomienda trabajar las palabras rimadas como “la arepita de manteca” o “dedito pon”, eso los ayuda con el pensamiento. “Los primeros contactos son eso, luego vienen las historias cortas. Todos esos juegos iniciales acercan a la lectura”.
Explorar el objeto
El contacto físico con el libro es otra de las etapas importantes para los que serán amantes de la lectura.
Comienza con la exploración del libro y mejor si son para bebés, pues hay unos hechos para que ellos puedan tocarlos y morderlos.
Luego viene el contacto más maduro, eso ocurre aproximadamente a los 2 años de edad: “los niños comienzan a pasar las páginas, a simular que leen y a narrase a sí mismos lo que están viendo en el libro”, resalta Torres.
Durante los primeros años de vida y cuando apenas comienzan a hablar, a los niños les encanta que le lean el mismo cuento una y otra vez. “Lo ven, lo hojean, lo narran. Es una etapa de verificación y reconocimiento de esa historia, eso les da placer”.
Se crea, según la especialista, un deseo de vincularse con el libro y con la palabra, “esa que conoció desde el vientre de su mamá”.
La etapa de atender
Cuando el otro lee también se aprende y es otra de las etapas del acercamiento. “El niño une la acción con la palabra, desde el trato amable y la frase amorosa, eso lo motiva y lo hará un lector sensible”.
No se tiene que tener un horario ni apegarse a esquemas rígidos. El amor por la lectura se siembra con un cuento antes de dormir o durante cualquier encuentro y más si se hace en familia, “más que el hábito de la lectura es crear la disposición para ella. Eso es lo que se debe buscar”, indica la especialista en edad temprana.
La independencia y los lectores digitales
Luego de los 7 años de edad y en muchos casos hasta antes, viene la etapa de independencia en la lectura. “Se acentúa si ven que los padres son lectores, ahora depende del modelaje y del valor que la familia le dé”.
En esta fase el niño ya busca que leer e identifica sus historias preferidas.
Torres asegura que lo importante de la lectura es crear seres sensibles, no que aprendan sólo a leer. “No importa el formato, bien sea papel o tablet, lo vital es que lean y se acerquen a la palabra, eso les permitirá ampliar su mundo e imaginación”.
Concluye que las nuevas generaciones son digitales y que en su mayoría usan ese formato. “Es la época que les tocó, es su generación y debemos comprenderlo”.