“Mi hijo se enferma muy seguido”
Las visitas al pediatra casi se equiparan con las de ir al parque, pues escuchar “otra vez tiene catarro” o “mi hijo se enferma muy seguido” es común en algunas familias.
Sin duda, hay niños que no salen de una enfermedad y son los que “pescan” fácilmente cualquier infección. Son aquellos casos que, cuando no tienen gripe, presentan tos o fiebres recurrentes, otitis, diarrea, alergias, erupciones o cuanta virosis o bacteria que esté en el ambiente.
Aunque es imposible tenerlos en una bola de cristal para evitar que se contagien, existen medidas que permiten distanciar una enfermedad de otra.
Rosy Barroso, pediatra de la Clínica Leopoldo Aguerreverre de Caracas, hace referencia a un profesor que tuvo en Inglaterra, quien afirmaba que hasta los dos primeros años de su vida un pequeño podía tener hasta 100 infecciones de cualquier índole, porque su sistema inmunológico no madura totalmente hasta los 7 años de edad.
¿Cómo evitarlo?
Existen factores que permiten que unos estén expuestos más que otros a enfermarse. No se cansa de decir, que el niño que recibe lactancia materna está más protegido, porque la leche humana es la única que ayuda y frena las infecciones.
Asimismo existen otras medidas como son las vacunas, con las cuales no hay que escatimar en colocarlas. Indica que hasta el primer mes de vida el niño debe tener la rutina más monótona posible y estar en su casa hasta que haya recibido las vacunas recomendadas para su edad.
Por ejemplo, en épocas de vacaciones recomienda no exponer a un bebé menor de 6 meses a inmersiones en piscina, porque lo arriesga a un caldo de infecciones.
La especialista recuerda que con el inicio del período escolar existe un repunte de enfermedades, porque se produce lo que se llaman infecciones cruzadas, ocasionadas por el contacto.
Ante esto, Barroso habla de un término que se está utilizando hoy día como es el efecto rebaño, tal es el caso por ejemplo, cuando los hermanos más grandes van a la escuela y traen con ellos los gérmenes e infectan al más pequeño, que es el más vulnerable de la familia.
Aunque duela decirlo, exhorta a las guarderías y escuelas a que no acepten niños infectados. “Muchos padres que tienen que trabajar envían a sus hijos con fiebre, gripe e incluso hasta con lechina u otra eruptiva”.
Otras medidas básicas, son la de evitar las corrientes de aire y la humedad, sobre en período de lluvias, porque incrementan las enfermedades asmáticas y las alergias.
Lavarse las manos y usar tapabocas, son remedios que evitan todas aquellas infecciones que se transmiten a través de los estornudos, la tos o las manos.
Otra recomendación, es la de conocer el historial y solicitar el certificado médico de las personas que están al cuidado de los niños muy pequeños, porque hay infecciones ocultas que se pueden transmitir.
Aunque se habla mucho de exponer al niño desde muy pequeño en contacto con los gérmenes para que se “inmunice”, es una medida que no está comprobada científicamente. Sea cierto o falso, no está demás tomar medidas de precaución y estar en extremo contacto con el pediatra, ante cualquier anormalidad.