Desde el embarazo se puede estimular la lectura
Los seres humanos leemos todo, aun sin darnos cuenta. Ese proceso, que muchos pensamos comienza al hacer contacto con un libro, inicia realmente desde que el niño está el vientre de la madre a través de las palabras y los estados de ánimos de la mujer, los cuales son “leídos” por el bebé.
Una vez que el niño nace sigue ese proceso de lectura y escaneo de su madre, luego lo hace con el mundo que lo rodea y que apenas comienza a explorar.
El amor por la lectura va mucho más allá de crear un hábito, pues no es sólo aprender a leer y hacerlo. La conexión que los padres logren crear con el niño, cada vez que le hablen o cuenten una historia, es un factor importante en todo ese proceso.
Incentivar a la lectura no pasa sólo por sentarse y leer un libro infantil, tiene que ver con la manera como se cuenta y disfruta esa historia. Además, a los chicos hay que crearles sensibilidad, abrirles el mundo y la imaginación durante sus primeros años de vida a través de la lectura.
¿Por qué desde el embarazo?
“Desde el vientre se cultiva el amor por la palabra y se aprende a través de sensaciones. La mamá es el primer libro de un ser humano”, indica la especialista en edad temprana y profesora de la Universidad Metropolitana (Unimet), Evelyn Torres.
Esas sensaciones no son otra cosa que la lectura perceptiva, e inicia desde el embarazo. El bebé se convierte en un lector tónico, “porque lee el tono emocional de su mamá. Luego lo hace con los arrullos desde la palabra amorosa. Depende de cómo se haga ese niño querrá o no escucharlo, en el presente y en un futuro”, destaca.
La especialista en edad temprana aduce que desde el vientre de su madre, cuando el bebé está en formación, y durante los primeros años de vida, el niño va haciendo lecturas a través de lo que ve y escucha.
“Es un proceso lento y depende del cómo se le hable y exprese va a querer conectarse. Durante esos primeros contactos van haciendo lecturas corporales”.