¿Cómo manejar la fiebre en casa?
Los padres suelen abrumarse cuando sus hijos tienen fiebre. Inmediatamente, inician las noches de desvelos y comienzan las preocupaciones. Sin embargo, existen métodos para manejar ese malestar en casa sin salir corriendo al médico, en especial si es de madrugada o se hace difícil ir de inmediato a un centro asistencial.
La Pedriata-poricultora, Loly Pérez Abad, indica que la fiebre se define como la elevación de la temperatura corporal por encima de 38,5 grados centígrados.
Las temperaturas que están por debajo de los 38,5 grados centígrados no se deben tratar, a menos que el niño presente alguna condición que empeore con el aumento de la temperatura, como enfermedades cardiaca o respiratoria, así como anemia severa.
Igualmente, se deben tratar las temperaturas mayores de 40º grados centígrados, porque pueden producir cambios metabólicos severos.
Estos son los métodos farmacológicos y los físicos para tratar la fiebre en casa, según explica la pedriata-poricultora:
Métodos farmacológicos
Los medicamentos para bajar la fiebre deben ser utilizados con discreción. Para seleccionar el ideal debemos buscar propiedades como: poca toxicidad, eficacia, versatilidad de presentaciones (gotas, jarabe o supositorios), que no tengan efectos secundarios y bajo costo.
Métodos físicos
Los baños no se aconsejan, porque no son efectivos. Duran poco, aumentan el consumo de oxígeno, favorecen el escalofrío y la falta de confort.
Se recomienda aplicar fricciones suaves, con agua tibia, de 30 a 40 minutos después de haber administrado el antipirético. Esto se aplica sólo en caso de que la temperatura no haya bajado con el medicamento.
También se aconseja disminuir la cantidad de ropa, aumentar la ingesta de agua y guardar mucho reposo.
“No se deben realizar las dos medidas antes mencionadas de manera simultánea (medicamento y baño). Debe haber un lapso mínimo de 30 a 40 minutos entre ambas”, asegura.
Advierte que si utilizan los medicamentos y no baja la temperatura en un lapso de 30 a 40 minutos, después de la administración, se usan los métodos físicos.
“Lo más importante es recordar que la fiebre es expresión de muchas enfermedades y que a menudo constituye el único signo”, dice la pediatra.
Aconsejan no seguir mitos
Pérez aduce que los padres toman medidas antes de lo indicado por las falsas creencias que se han transmitido en cada generación. “Muchos tienen que ver con que la fiebre es una enfermedad, que es mala y debemos combatirla a tiempo”.
Otros mitos más alarmantes, refiere la pediatra, tienen que ver con que la fiebre puede subir indefinidamente, carbonizar al niño, ocasionar convulsiones, meningitis y retardo mental.
“El mantener estos mitos en las comunidades ha llevado a malinterpretar con frecuencia el signo que, tan comúnmente, afecta a los pacientes en edad pediátrica. Las investigaciones han demostrado que la fiebre produce tanto efectos beneficiosos como nocivos en el individuo que las padece”, destaca Pérez.
“En cuanto a los efectos adversos producidos por la fiebre, es importante resaltar que son transitorios y se presentan sólo en caso de temperaturas muy elevadas, con ascenso brusco, sostenido y susceptibilidad individual. Las convulsiones se dan en casos de pacientes con predisposición genética.”, advierte.