Alcoholismo en época de graduaciones, una realidad que afecta a los adolescentes
Yelitza Izalla Yánez/Marlene Rizk
La cuarentena por Coronavirus nos ha cambiado la época de graduaciones, en especial las de bachillerato o high school. Sin embargo, en algunos países han tratado de cumplir con algunas de las tradiciones, aunque un poco adaptadas a “la nueva normalidad”.
Por estos días son frecuentes las caravanas de jóvenes que celebran la culminación de sus estudios y el inicio de una nueva etapa universitaria.
Los festejos también se han realizado, con ciertas restricciones, entre familia, sin alardes y sólo con los amigos allegados.
Sin embargo, la advertencia no es sólo por el Covid-19 sino porque en este tradicional festejo no faltan las bebidas y mezclas alcohólicas.
Existen reportes de que el consumo de alcohol va en aumento e incluso que se inicia desde la educación primaria.
De hecho, el gastroenterólogo e impulsor del programa venezolano “Menos Alcohol, Más Vida’’, Guillermo Veitea, asegura que si no se toman medidas en los próximos 20 años, un gran porcentaje de la población será alcohólica. “Hay que atacar el problema con la urgencia del caso para evitar tan grave situación”, advierte.
El tema no es lo ocasional, sino que entre adolescentes las bebidas alcohólicas se vuelven comunes y más en época vacacional y de festejos.
La presión social
El ser aceptado en un grupo, evitar ser motivo de burla, seguir lo que todos hacen, sentirse igual a otros, son algunas de las razones que, por falta de madurez y presión social, llevan a los adolescentes a consumir bebidas alcohólicas.
Otros jóvenes toman el camino de la bebida para desinhibirse y superar la timidez. Lamentablemente, en este problemas del alcoholismo no sólo están involucrados por igual los adolescentes de ambos sexos.
Lo más grave es que el consumo de alcohol muchas veces es propiciado por el núcleo familiar. “Es realmente preocupante como, en los últimos años, el mayor número de las enfermedades del hígado están relacionadas con el abuso en el consumo de estas bebidas. La alarma se acentúa al ver este tipo de problemas en jóvenes que iniciaron precozmente el consumo de alcohol”, dice el médico.
Es necesario emprender un trabajo desde la familia que trascienda a la comunidad, “para que logren como un gran equipo afianzar un proceso educativo, que lleve a todos los hogares del país la información necesaria para conocer los efectos de esta droga y así frenar un problema de salud pública”, aconseja Veitea.
Alcohol, la adolescencia y sus consecuencias
Mientras más temprano una persona tenga contacto con el alcohol, aumenta el riesgo y la dependencia hacia ese tipo de bebidas. Además, su consumo incrementa el riesgo de accidentes de tránsito, violencia y riñas entre adolescentes.
El alcohol también es la puerta de entrada hacia el consumo de otras sustancias psicoactivas, como por ejemplo las drogas. También se ha convertido en una de las causas que inducen hacia los embarazos precoces.
“El uso del alcohol o del tabaco a temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas más tarde. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas o continúan usándolas ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros desarrollarán una dependencia, usarán luego drogas más peligrosas y se causarán daños irreversibles a ellos mismos y posiblemente a otros”, alerta la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry.
También advierten que es difícil vaticinar cuáles de los adolescentes van sólo a experimentar una nueva experiencia y frenar ahí, y quienes van a desarrollar problemas serios, incluyendo la dependencia.
La academia americana de psiquiatría indica que los más propensos de desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas son los adolescentes que tienen un historial familiar de abuso de substancias; están deprimidos; tienen baja autoestima y sienten que no pertenecen a la sociedad.
Más tragos, más peligro
“El alcohol, como droga que es, altera el normal funcionamiento del sistema nervioso. Esto lleva muchas veces a la adicción que se puede manifestar como dependencia en aquellas personas que la consumen en exceso”, dice Veitea.
Advierte que los adolescentes comienzan a sentir la necesidad de consumir cada vez más cantidades de alcohol sin darse cuenta de los daños que le va ocasionando, “en el organismo puede afectar el cerebro, corazón, hígado, páncreas y en general todo el aparato digestivo”.
En el cerebro puede ocasionar trastornos de la marcha, memoria, dificultad para hablar, disminución del tiempo de respuesta y reflejos, desorientación, confusión, conductas violentas e irracionales.
En casos de intoxicación etílica aguda lleva a convulsiones y afectación de los diferentes niveles de conciencia, incluyendo el coma; alteraciones que están directamente relacionadas con la cantidad de tragos consumidos en los adolescentes.
El exceso de alcohol puede dañar el páncreas, produciendo enfermedades como la pancreatitis aguda; que algunas veces es mortal y crónica cuando el uso es prolongado y se lesiona la glándula llevándolo a una insuficiencia pancreática.
Uno de los problemas más graves que ocasiona el alcohol en el organismo es la enfermedad hepática, que puede ir desde inflamación aguda (hepatitis alcohólica) y el hígado graso hasta la cirrosis del hígado, con sus graves complicaciones como la encefalopatía, hemorragias digestivas severas por várices esofágicas y cáncer de hígado.
¿Qué produce cada trago?
• De uno a dos tragos produce relajación, sensación de bienestar, visión borrosa, pero al aumentar el número de bebidas se presentan complicaciones como disminución de los reflejos y eso ocurre con tres a cuatro tragos, lo que significa una zona de alarma al conducir.
• De cinco a seis tragos se llega a la embriaguez leve, convirtiéndose en un alto riesgo el conducir vehículos, siendo altamente peligroso con siete a 10 tragos, que es cuando la persona llega a la embriaguez profunda.