Cómo vivir el tiempo de Adviento
El Adviento es un tiempo de preparación para luego celebrar la Navidad con el nacimiento de Jesús. Además, es el inicio del Nuevo Año Litúrgico católico.
Inicia cuatro domingos antes a la fecha de Navidad, comienza con la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de noviembre) y culmina el 25 de diciembre.
Es por ello, que la celebración dura entre 22 y 28 días, pues abarca los cuatro domingos previos a la Navidad.
Cada semana que inicia el domingo tiene un propósito y en somospadres.info te los contamos:
El primer domingo: Nos recuerda que Jesús viene en camino. Por eso cultivamos la esperanza durante toda la semana. Esta por lo general inicia el último domingo de noviembre.
El segundo domingo: Preparamos el camino y practicamos la fe durante la semana.
El tercer domingo: Celebramos la alegría ante la llegada de Jesús. Nos preparamos en la semana porque se acerca la celebración navideña.
El cuarto domingo: Celebramos la llegada del niño Jesús. “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Esta semana termina el 25 de diciembre.
La corona de Adviento
Una de las tradiciones es colocar en cada casa una corona adornada con cuatro velones y cada domingo se prende uno. Además, de ubicarla en un lugar visible se pide leer la Biblia, hacer alguna meditación y una petición en familia.
“La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas”, cita la Agencia Católica de Informaciones – ACI Prensa.
¿Qué significado tiene?
Las velas: La luz de Dios es más fuerte que la obscuridad, de allí que cada vela encendida nos acerca más al camino de la paz y nos aleja de la tristeza, pesimismo, carencia y cualquier otro sentimiento de dolor.
“Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo”.
En total son cuatro velas o velones que van en la corona, a fin de encender uno cada domingo. La mayoría de las personas las colocan rojas como símbolo de amor y de la Navidad. Sin embargo, a quienes las utilizan blancas para simbolizar pureza, también las usan doradas, amarillas, moradas, rosadas y plateadas. Al final lo importante no es el color, sino la intención.
Ramas verdes: Se usa el color de la esperanza, de la naturaleza, la sanación y la vida.
Manzanas rojas: Son parte del adorno y representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva, “que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal”.
Listón: Se usa de color rojo, pues es el color del amor. Al igual que las velas suelen colocarse de otros colores, en especial blanco, dorado y plateado.
Su forma: Atendiendo a que el amor de Dios es eterno y no tiene ni principio ni fin, al igual que un círculo, la corona tiene esta forma.
Fuente: Agencia Católica de Informaciones – ACI Prensa