Cómo contar a los hijos cuando papá o mamá están enfermos
María Alejandra Martínez Jiménez
Muchas veces nos encontramos con la difícil situación de afrontar una enfermedad en la familia. ¿Pero qué pasa cuando uno de los enfermos es papá o mamá? ¿Cómo se le pude contar a los hijos lo que está pasando en casa, considerando la incertidumbre que eso puede generarles?
Los niños y por supuesto los adolescentes son plenamente conscientes de todo lo que ocurre en su entorno, aun cuando pensemos que no lo perciben.
Por eso, siempre debemos de responder a sus preguntas cuando surjan porque de este modo, podemos ayudarles a gestionar sus emociones.
Cuando en casa papá o mamá sufren una enfermedad, decírselo a los hijos es una responsabilidad que nos puede generar mucha angustia porque tenemos “miedo” de cómo van a reaccionar a ello y a veces pensamos que es mejor, “no decir nada”.
Sin embargo, eso en lugar de ayudar puede llegar a crearles más ansiedad precisamente porque pueden percibir que “algo está pasando”, pero no saben a ciencia cierta qué es.
No hay un manual para saber cómo explicarles a los hijos estas situaciones delicadas. Pero si los niños hacen preguntas, como padres lo mejor que podemos hacer es responderlas utilizando un lenguaje adecuado y explicándoles lo que está pasando. De este modo le generamos confianza y, sobre todo, evitamos que busquen las “respuestas” a esas preguntas en otro lado.
El miedo ataca
Al comienzo seguramente el “miedo” se instalará en ellos y no sabrán qué sentir o cómo expresar “eso” que están sintiendo. Pero según va pasando el tiempo, ese poder “llamar a las cosas por su nombre”, el hacerles ver qué ocurre y las diferentes etapas que se van a atravesar durante el proceso, les genera mucha seguridad porque ya no hay cabida para los supuestos ni para las elucubraciones.
Comunicarse correctamente les ayudará a niños y adolescentes a sacar a flote la ansiedad frente a lo desconocido, así como a gestionar sus emociones y temores siempre de nuestra mano.
Puede incluso que se comporten de forma inesperada o que “retrocedan” a situaciones que ya habían superado (como hacerse pipí en la cama por la noche; o a esa “rebeldía” ya superada y que en ocasiones acompaña a la etapa de la adolescencia).
Aunque podamos sentir que esos comportamientos no son lo “correcto”, el poder dejar fluir sus emociones y expresarlas es precisamente lo que ayudará a nuestros hijos a superar sus temores, así como fortalecer su espíritu y personalidad.
Lo más importante que debemos tener siempre presente, durante el tiempo que dure el proceso, es que debemos en todo momento poder transmitirle a los hijos que pase lo que pase la familia está y estará unida. Esta se apoya y, con trabajo en equipo, sus integrantes serán capaces de superar las dificultades que se les presenten con mucha disciplina, paciencia y sobre todo mucho amor.