Las vitaminas en forma de gomitas no son tan saludables
La toma de vitaminas suele volverse tediosa porque los niños no desean ingerir la medicina. Es por ello, que los laboratorios idearon un sinfín de remedios de colores, con formas divertidas y ni hablar de los empaques, los cuales son muy llamativos.
La idea de combinar los medicamentos con diversión ha sido una manera de acabar con el llanto a la hora de tomar un fármaco. Calmantes para la tos con sabor a frutas y pastillas en forma de animal son sólo algunos de los ejemplos de estos productos.
En el caso de las vitaminas los fabricantes no se han quedado atrás, los niños las adoran y más las que vienen en forma de gomitas.
Pero no sólo los pequeños de la casa están cautivados con esta forma de tomar nutrientes, pues una estimación de mercadotecnia realizada el año pasado en Estados Unidos arrojó que 80% de los adultos consumen vitaminas en forma de gomitas, por lo fácil que es ingerirla y porque a los abuelos también les resulta menos tedioso que las cápsulas o pastillas.
No son inocuas, tienen azúcar
Para la pediatra puericultora, Morella Martínez, las vitaminas en presentaciones tipo “gomita o caramelos” tienen algunos inconvenientes.
“No son inocuas aunque luzcan inocentes. Muchas contienen aditivos innecesarios para los niños, como por ejemplo jarabe de glucosa, sacarosa, colorantes artificiales y azúcar. De hecho, la FDA no regula las vitaminas en gomitas”.
A este alerta el director de medicina preventiva y alternativa del Centro Médico de la Universidad de Michigan, Mark Moyad, le agrega que cada gomita de vitamina contiene al menos un gramo de azúcar, un poco menos de lo que puede traer un caramelo (que en promedio tiene 1.8 gramos de azúcar). “Es como comer dulces de Halloween los 365 días del año”, aseguró.
La situación se agrava si el niño consume más de una al día, porque su sabor es similar a la de una chuchería. “Justamente, por ser tan atractivas para los pequeños se corre el riesgo de exceder su consumo. Por eso, nunca deben quedar al alcance de los niños, pues hay peligro de sobredosificación”.
Por qué no son tan buenas
Un estudio realizado por ConsumerLab.com demostró que no todos los multivitamínicos en gomitas cuentan con los nutrientes necesarios, sólo pocas marcas lograron pasar la prueba luego de analizar alrededor de 50 productos, para niños y adultos, existentes en el mercado.
Entre los problemas encontrados está que no todas las gomitas cumplen con lo especificado en la etiqueta, algunas tienen más y otras menos. Además, detectaron que las cápsulas endulzadas pierden parte importante del componente vitamínico en poco tiempo.
Para tratar de solventar este problema los laboratorios optaron por rosear con spray algo más de vitamina al dulce medicinal, lo cual tampoco resulta ser la solución porque el exceso de nutrientes produce daños a la salud.
Buena alimentación es clave
Las personas suelen tomar las vitaminas como un producto que puede automedicarse y no es así, su consumo debe estar respaldado por un médico.
“Los suplementos vitamínicos se indican cuando hay un déficit específico, sólo deben ser prescritos por el médico tratante, pues el consumo en exceso puede acarrear problemas de salud, debido a que muchos de ellos tienen el riesgo de depositarse en los tejidos (no son fáciles de eliminar o excretar) y dañarlos (al causar toxicidad)”, indica la pediatra Martínez.
La recomendación será siempre tener una alimentación adecuada y consumir los nutrientes en las comidas, sin necesidad de recurrir a un suplemento vitamínico.
“Una vitamina o mineral aislado en una medicina no proporciona beneficios si no se acompaña de una alimentación saludable, en la cual trabajen en conjunto otros nutrientes, así que el dar a diario complementos vitamínicos puede generar una falsa tranquilidad a los padres”, indicó Martínez.
Reconoce la preocupación que tienen los padres y más los que tienen niños en edad preescolar, quienes comúnmente no comen bien. Sin embrago, el camino es el mismo: paciencia y una buena alimentación.
“Es importante concentrarse en ofrecer una dieta balanceada, equilibrada y variada para cubrir con las necesidades reales del niño, no confíes en que una pastilla está haciendo todo el trabajo”, aconseja.