“Papá no vive con nosotros” ¿Cómo afrontar esta situación?
“Papá no vive con nosotros” o “él nunca ha vivido con nosotros”, estas y muchas otras frases similares son comunes en algunos hogares, en los cuales las madres deben tomar las riendas de la crianza y en la mayoría de los casos también la económica.
Las razones de la ausencia pueden ser múltiples: divorcio, viaje, muerte o simplemente esa figura nunca existió, por citar algunos ejemplos. ¿Cómo afrontar esta situación y organizar la vida para disminuir el impacto en los niños?
Esta situación tan común, lleva consigo muchas confusiones y desajustes en la personalidad de los hijos, especialmente si son pequeños, pues incluso llegan a creer en determinadas situaciones que son ellos los culpables de la ausencia del padre. Es aquí donde la madre juega un papel fundamental de acompañamiento, comunicación, amor y disposición infinita para apoyar a sus hijos.
Estamos hablando de mujeres, madres viudas, solteras o divorciadas (la mayoría) que ante la falta de su compañero tendrán menos tiempo, más responsabilidad y un presupuesto generalmente más limitado.
¿Cómo logran estas madres convertirse en heroínas al seguir adelante sin desanimarse, con fuerza y creatividad para criar con amor y entrega a sus hijos?
Aquí les dejo algunos consejos que son importantes:
1.-Comunicación abierta y clara con los hijos:
Es importante conversar constantemente con los hijos explicándoles la situación y los cambios en la cotidianidad, esto debe hacerse con un lenguaje sencillo, sin subestimar su inteligencia y haciéndolos parte de la situación.
2.- Autoridad con amor:
Se debe dejar claro cómo funcionará la autoridad en la casa, siempre preservando el amor y cariño en el trato hacia los hijos, porque en esta situación requieren mucha compresión, acompañamiento y afecto.
3.- Hacer equipo:
Nada satisface más a un niño que poder apoyar y colaborar con mamá. Hacerlos participar en las tareas de la casa y felicitarlos por ello los hará sentir muy bien.
Siempre hay que explicar que la casa es como una empresa, que necesita del apoyo de todos los integrantes para funcionar bien y estar operativa.
La solidaridad se aprende en casa, ayudar a mamá en el supermercado, recoger los juguetes luego del juego o simplemente hacer compañía a mami mientras hace alguna labor fomenta los lazos afectivos.
4.- Conversar sobre el padre:
Nunca empañar la imagen del padre, es muy importante para la formación de la personalidad del niño mientras está en crecimiento.
Aunque no se debe mentir sobre los que sucedió, y más en casos de divorcio, el no hablar mal del ex ayudará mucho. Se debe explicar lo que pasa con tacto y cuidar cada una de las palabras que se emplean, una cosa es la pareja y otra la relación como padres.
Los niños y adolescentes son lo suficientemente inteligentes para discernir y palpar realidades, son ellos quienes decidirán cómo se van a conectar con cada uno de los padres.
5.- Recreación:
El tiempo para dedicarles a los niños en esta situación debe ser abundante y de calidad, así como un espacio para la madre de manera que recargue sus energías con actividades que sean de su agrado, esto es fundamental para mantener buenos niveles de alegría.
6.- Amigos y familia:
Tanto los niños como sus madres en esta situación deben propiciar buenas amistades y relaciones familiares cercanas, las cuales representen compañías constructivas y apoyos en momentos determinados.
El estar sola no es sinónimo de fracaso, sino de gallardía. Lo importante es sentirse bien con la crianza, cultivar el amor propio y agradecer cada momento que se vive en familia.
7.- Contacto con lo paterno:
En el caso de que el padre exista y mantenga relación con los hijos, lo mejor es ser amigos. También es bueno que los niños tengan contacto con parte de la familia paterna, aún más si hay caso de ausencia parcial o absoluta de la figura masculina.
Si esto no ocurre, no se preocupe, pues lo importante es crecer con amor y en un grupo familiar sano. Las familias compuestas (padrastro, tíos, abuelos, hermanastros, primos) son tan sólidas como un matrimonio establecido.
Cada situación arrojará una solución diferente, lo que sí debe ser un factor común es el de una relación sana. Alejar lo tóxico es un hecho que no se negocia, pues la tranquilidad y el equilibrio emocional es vital para adultos y pequeños.