Los mitos que las embarazadas no deben seguir
Una mujer embarazada es blanco de consejos, quien la rodea opina y hasta da instrucciones para que se sienta bien y el período de gestación llegue a su mejor término. Sin embargo, esos mitos se basan en prácticas absurdas que muchas veces funcionan más como una especie de placebo que como una solución real.
Es por ello que costumbres que debían realizarse pero que no tenían explicación para nuestras abuelas, y que por ello eran relacionadas a cuentos mágicos, hoy en día han sido desmentidas científicamente y nada tienen que ver con las historias “inventadas” por la sociedad; incluso muchos de esos mitos no tienen sentido.
De esas falsas creencias quedan muchas que siguen las mujeres embarazadas, pero al final sólo se someten a limitaciones, angustias y se privan de actividades innecesariamente. Además, ante tantos “no se debe hacer” se pierden de disfrutar la etapa más hermosa de su vida y la llenan de negativismo.
“Con frecuencia esos consejos frenan la posibilidad de que la mujer pueda vivir a plenitud su nueva condición. Esa etapa, lejos de ser incapacitante, debe constituirse en el período más hermoso en la vida y tiene que ser compartido con la pareja, sin ninguna limitante”, aduce la Pedriata-poricultora, Loly Pérez Abad.
El embarazo no es incapacidad
Lo idóneo será siempre seguir los consejos del obstetra y dejarse guiar sólo por las recomendaciones médicas.
“Si bien es cierto que el embarazo constituye una condición particular, que requiere de cuidados específicos, estos deben ser conducidos por profesionales idóneos, los cuáles contestarán nuestras interrogantes y serán guías calificadas del proceso”, aconseja la pediatra.
Las sociedades están acostumbradas a asociar el embarazo con incapacidades, “lo relacionan además con negaciones absolutas tales como: No debes salir de noche, tener relaciones sexuales, pintarte el cabello, continuar trabajando, asistir al gimnasio ni bañarte en la playa”, sostiene Pérez Abad.
Resulta que ese “no debes esto” de entrada conecta a la mujer con un proceso negativo, “lo que bloqueará la capacidad de participar adecuadamente en el desarrollo y crecimiento de su hijo”, advierte.
Por eso la pediatra aconseja que se fomenten actitudes positivas, “para visualizar el embarazo como una condición particularmente especial, pero inmensamente intensa y hermosa”.