Respetar procesos de aprendizaje forma a niños felices
Que todo niño desarrolle libremente sus capacidades fue uno de los legados que dejó María Montessori, médico y educadora italiana, quien a finales del siglo XIX y principio del XX dio a conocer una nueva pedagogía en el aula relacionada con respetar los tiempos y espacios de los chicos, la cual irrumpía con la educación tradicional.
El método de Montessori, aunque fue muy criticado, hoy en día es uno de los que más toma fuerza en la crianza en escuelas y hogares, pues atrás deja ese rígido sistema en el cual el niño no es capaz de sentir, pensar, expresar emociones y mucho menos de tomar decisiones.
Su legado se enfatiza en la comprensión del pequeño como ser consciente de su realidad, también entran en juego la libre elección y la independencia, lo que da paso a niños más felices y conscientes de lo que son como ser humano.
“Observó que el niño posee dentro de sí el patrón para su propio desarrollo (bio-psico-social) y que lo hace plenamente cuando se permite que este patrón interno dirija su propio crecimiento. Construye así su personalidad y su conocimiento del mundo, a partir de ese potencial interior”, citan parte de la teoría en la página de la Fundación argentina María Montessori.
Ocho principios educativos
Un grupo de los principios de la Educación Montessori fueron respaldados por la investigación científica “Montessori. The Science Behind de Genius, Angeline Stoll Lillard, 2005, Oxford University Press”. Estos son textualmente ocho de ellos:
1) Orden en el ambiente y en la mente: el orden externo y la secuencia en el uso de materiales son beneficiosos para el orden interno del niño. Promueve la claridad de pensamiento y la concentración.
2) Libre elección: el aprendizaje y el bienestar mejoran cuando las personas sienten que tienen control sobre sus vidas. Se desarrollan la independencia, la voluntad y la responsabilidad.
3) Aprendiendo dentro del contexto: el aprendizaje situado en contexto significativo es más profundo y rico que el aprendizaje en un contexto abstracto.
4) Interacción maestro / alumno: el maestro observa y acompaña, posibilita al niño actuar, querer y pensar por sí mismo, ayudándolo a desarrollar confianza y disciplina interior.
5) Aprendiendo de y con los pares: el aprendizaje se potencia con el ejercicio de enseñarle a otros. Promueve el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
6) Interés: el niño aprende mejor cuando está interesado en lo que está aprendiendo. Ayuda a la comprensión y la concentración.
7) La recompensa es interna: la realización del error y la sensación de logro son internas. Contribuye a la autoestima, al sentido de responsabilidad y al pensamiento crítico.
8) Pensamiento y movimiento: el pensamiento y el movimiento están estrechamente ligados. El movimiento potencia el pensamiento y el aprendizaje.