Niños sufren estrés y tristeza en ambientes tensos o violentos
Los niños, al igual que los adultos, muy probablemente se sienten asustados y amenazados por la situación de violencia que se vive en el país donde habitan.
Eventos traumáticos puntuales o situaciones de estrés continuas trastocan nuestro mundo, dejamos de sentirnos seguros, perdemos el control sobre lo que nos puede pasar. Las reacciones de nuestros hijos se van a ver influenciadas por nuestro comportamento. Nosotros, y los adultos cercanos a ellos, somos sus modelos, les enseñamos, a través de nuestras acciones, palabras y lenguaje no verbal, cómo interpretar la situación y cómo reaccionar ante ella.
Los niños reaccionan al trauma de distintas maneras. La intensidad de sus reacciones dependerá, entre otras cosas, del nivel de exposición a la violencia a la que estén sometidos. Mientras más cercanos hayan estado o estén a situaciones de conflicto o traumáticas, más probabilidades tienen de que se vean afectados por ellas. Si han sido víctimas o han presenciado eventos violentos su reacción será más intensa.
Por otro lado, cada niño expresa sus sentimientos de manera diferente. La mayoría de las veces se sienten confundidos con lo que está pasando y con sus propios sentimientos y reacciones.
¿Cómo reaccionan?
Algunos niños reaccionan alejándose sin poder hablar del asunto, otros hablan sin parar de lo que ha sucedido. Hay niños que se sienten tristes y enojados en algunos momentos y en otros, actúan como si nada hubiese sucedido.
Las reacciones de los niños al trauma pueden ser inmediatas, pero también pueden aparecer mucho tiempo después.
Los niños, a distintas edades, tienen diferentes niveles de desarrollo emocional. Sus reacciones a situaciones de estrés dependerán y variarán de acuerdo a la edad. Una niña de 6 años de edad, por ejemplo, puede mostrar su temor acerca de lo que pasa negándose a ir a la escuela. Un adolescente, por su parte, puede minimizar su preocupación pero volverse
irritable, pelear más con sus padres o bajar el rendimiento escolar.
Familiarizarnos con las reacciones típicas de los niños y conocer y entender cómo lo hacen nuestros hijos, ante los conflictos que estamos viviendo en Venezuela, nos ayudará a brindarles el apoyo y la seguridad emocional que necesitan para manejar la situación y disminuir el impacto negativo que ésta pueda tener en ellos.
¿Qué hacen los niños de 0 a 5 años?
Los niños menores de 5 años de edad no pueden entender bien lo que está pasando a su alrededor y esto, en parte, los protege de la situación de tensión que vivimos en Venezuela.
Sin embargo, aún los más pequeños, perciben y absorben la angustia y ansiedad que nosotros tenemos. Sienten que algo no está bien aunque no entienden qué y por qué. Los bebés y niños en edad pre-escolar reaccionan al miedo y a la tensión que sienten en los adultos cercanos a ellos, son sensibles y responden a la separación y a la pérdida de estabilidad y de rutina en el funcionamiento normal de la familia.
La rutina les da seguridad, el caos los pone nerviosos, les afecta. A esta edad, los niños dependen física y emocionalmente de las personas que los cuidamos. Sus reacciones están fuertemente influenciadas por cómo nosotros, las personas que los amamos, en quienes ellos confían y con quienes se sienten protegidos, reaccionamos ante la situación.
A veces, los niños convierten el miedo y nerviosismo que absorben de su entorno en terribles fantasías, sienten que nosotros o ellos corren peligro, tienen pesadillas donde se pierden, están heridos, los persiguen o les amenaza un monstruo.
A veces, buscando una explicación, llegan a creer que lo que está pasando o pasó es culpa de ellos… “si me hubiera portado bien, si hubiera recogido los juguetes, nada de esto habría pasado”.
A estas edades, con frecuencia, los juegos de los niños recrean, una y otra vez, detalles de lo que está sucediendo. Elementos de la realidad, palabras, situaciones o imágenes aparecen en su juego. A través del juego los niños expresan sus angustias, sentimientos y emociones.
A través del juego, de la dramatización de los eventos, los niños tratan de manejar y dar sentido a lo que está sucediendo, buscan tener algo de control sobre la situación.
En estos momentos, el juego se convierte en su terapia. Jugar es una manera intuitiva de tratar de entender, de expresarse, de cuidarse y de sanarse.
Comportamientos típicos y normales en edad pre-escolar
*Se aferran a sus padres o personas que los cuidan. Quieren estar pegados a ellos. No se quieren separar
*Lloran, gritan o se quejan con más frecuencia
*Vuelven a tener a comportamientos de un niño menor (volver a hacerse pipí en la cama, chuparse de nuevo el dedo …)
*Sienten miedo a que algo malo le pase a la persona que los cuida
*Tienen miedo a irse a dormir, a la oscuridad, a salir de la casa
*Evitan el contacto con personas o situaciones que no conocen
*Se vuelven intranquilos, corren de un lado a otro
*Se portan ‘mal’, haciendo cosas que no deben, se vuelven agresivos
*Se vuelven muy pasivos o callados
*Recrean eventos traumáticos a través del juego
Texto tomado del manual ¿Qué podemos hacer? – ayudando a nuestros hijos en tiempos de violencia y conflicto social
Elaborado por: Carolina de Oteyza en estrecha colaboración con el grupo de profesionales de Apoyo en Crisis.