Todas las aves marinas ingerirán plástico en 2050, según estudio
Los animales del planeta siguen en peligro de extinción y parte de su desaparición está relacionada con el hombre. En el caso de las aves marinas, como albatros, pingüinos y pardelas, 99% de ellas tendrán plástico en el estómago en el año 2050, según cita un estudio realizado en Australia.
Las cifras son determinantes, en el 2010 el porcentaje de aves marinas con plástico en el estómago era de 80% y a principios de 1960 esta realidad sólo alcanzaba 5% de las especies.
En 2015 el 90% de las aves marinas vivas ingirieron algún tipo de material plástico, entre ellos fibras de ropa sintética, tapas de botellas o bolsas, “las cuales fueron vertidas al océano desde desagües, depósitos de basura o ríos urbanos”. Esta realidad hoy en día no ha cambiado y lo que proyecta el estudio va en camino.
Así lo citó la investigación realizada por profesionales de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia (CSIRO) y en la que también participaron integrantes del Colegio Imperial de Londres.
“Por primera vez tenemos un pronóstico global del impacto extendido del plástico en las especies marinas y podemos apreciar que los resultados son impactantes”, resaltó a través de un comunicado el autor del trabajo e integrante de CSIRO, Chris Wilcox.
Los países donde las especies marinas están más afectadas son Australia, Sudáfrica y Sudamérica, “se ha visto impactada una franja que abarca el sur de estas naciones y que tiene una gran diversidad de especies. Allí la presencia de plástico tendrá un mayor impacto”, según citó la investigación La amenaza de la contaminación plástica para las aves marinas es global, generalizada y creciente, publicada en la revista científica PNAS.
“La contaminación plástica en el océano es una preocupación mundial. Las concentraciones alcanzan 580 mil piezas por km2 y la producción aumenta exponencialmente. Aunque una gran cantidad de estudios empíricos proporcionan evidencia emergente de los impactos a la vida silvestre, ha habido poca evaluación sistemática del riesgo”, advirtieron.
¿Se puede revertir?
Durante uno de los trabajos de campo se encontraron 200 piezas de plástico en las entrañas de un solo ejemplar de ave marina, “pero aún se puede revertir sus efectos en la vida salvaje”, resaltó la coautora del estudio Denise Hardesty.
“Una mejor gestión de los desperdicios puede reducir la amenaza que supone el plástico en la vida salvaje marina”, acotó Hardesty.
También recordó que existen medidas sencillas para evitar esta catástrofe. Algunas de ellas son la disminución del uso de bolsas de plástico o la introducción de depósitos para material reciclable.
Con información de EFE